Tongo, tongo
Los del Athletic se han lucido sorteando las entradas para la final. Y mira que podían haber pedido al Departamento de Vivienda el método de sorteo de las VPO, pero no, han preferido ir a su aire. Y así les ha ha ido. Para los/as que no sepáis os cuento lo que me han contado. Parece que había unos 25.746 números y se repartían 14.800 entradas o algo así. El sorteo se realizó con el sistema de decenas de millar, unidades de millar, centenas, decenas y unidades, pero de tal modo que en la urna de las decenas de millar sólo había 3 bolas: el 0, el 1 y el 2, con lo que los de la franja del 20.000 al 25.746 tenían más posibilidades (el doble) que los demás. Para más inri el azar quiso que salieran 3 doses de los cinco números extraídos. Si a eso le añadimos que las entradas se adjudicaban a los números posteriores consecutivos a los cinco seleccionados os podéis imaginar que a los veintemiles les ha tocado entrada a casi todos y que el resto del personal está que trina, pidiendo incluso la repetición del sorteo.
Ahora os cuento lo de las VPO. Cuando nos incorporamos al Gobierno en 2001 los sorteos se realizaban con un superbombo en el que cabían 30.000 bolas y las adjudicaciones se realizaban extrayendo bola a bola. Un sorteo de 300 viviendas podía durar toda una mañana, aburriendo a quienes iban a contemplarlo, con el añadido de que en días anteriores un grupo de 10 o 15 funcionarios dedicaban un día completo a ordenar las bolas (que habían quedado revueltas en el sorteo anterior) para que el notario pudiera dar fe de que efectivamente estaban todas. Eso si no se caían las bolas en mitad del sorteo, que ya sucedió una vez. Al ver aquello decidimos pasarnos al formato informático, pero con dos matices manuales. Al número que obtenía el ordenador con un programa de selección aleatoria le añadíamos otro número extraído de una bolsa con, por ejemplo, 20 bolas, y así obteníamos el número del primer adjudicatario. Y después extraímos un número más de otra bolsa, pongamos que con 50 bolas, que nos daba la cadencia. Es decir, si el número del ordenador era el 14.000, el de la primera bolsa el 10 y el de la segunda bolsa (la cadencia) el 45, los adjudicatarios eran: 14.010, 14.055, 14.100, 14.145, 14.190, 14.235, y así de 45 en 45 hasta acabar el total de viviendas adjudicables. Como procurábamos que el número más alto de la bolsa de la cadencia fuera tal que pudiera dar la vuelta a la lista completa, el método era difícilmente rebatible, aunque era inevitable que algunas personas siguieran considerando que había tongo, sobre todo si no les había tocado.
Bueno, lo dicho (que vaya rollo matemático os he metido), que si los del Athletic hubieran preguntado ...
(la foto la he tomado del blog el corner)
Os está bien empleado, por haber ganado al Sevilla!!! ;o)
ResponderEliminar¿Y en el Athletic no hay gente lo suficientemente lista como para darse cuenta de los fallos de su sistema? Pero lo peor es que habrá estado presente un notario que encima habrá cobrado una pasta por garantizar la transparencia y equidad del sistema... ¡de verdad que es alucinante!
ResponderEliminarY por echar más leña al fuego... entre mis amigos hay quienes "sabían" que había que apuntarse tarde a las listas del sorteo porque decían que iban a tener más probabilidades de salir. Yo decía que imposible... pero mira tu por donde debían tener información privilegiada.
¿En serio? Yo había oído eso pero creía que era un mensaje intoxicador. Pero si tú conoces gente que sabía que tenía que presentarse más tarde es como para echarlos a todos. Por cierto, ¿no será ése el motivo de que se produjeran tantas anulaciones sobre los datos iniciales?
ResponderEliminarY mira tú por donde que les ha tocado entrada. Voy a ver si "indago" un poco más. De dónde les vino la información, etc. La rueda de prensa de Macua con lo de las "disfunciones del sorteo" ha sido como para mear y no echar gota. Pero de verdad que me gustaría saber como Martínez Lozano (el notario) duerme tranquilo. ¿No dio estadística en la carrera?
ResponderEliminarLos notarios, para cubrirse, lo único de lo que dan fe es de que se han cumplido los procedimientos que la entidad sorteadora había dicho que iba a aplicar. O sea, que si en las bases del concurso pone que se darán entradas a los socios cuyo segundo apellido empieza por Macu, el notario certifica que se ha hecho así y se marcha tranquilito a su casa con el bolsillo lleno. C'est la vie.
ResponderEliminarRomenauer. Piensa que no es justo que en Sevilla toque todo lo bueno: fantástica meteorología, feria de abril,... Después del crudo invierno que hemos pasado en Euskadi necesitábamos una alegría.
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