Me caen bien. Los gitanos de Sestao me caen bien. Y no es que sea un ingenuo y no sepa de qué estoy hablando: tuve la suerte de participar en la puesta en marcha del plan para la regeneración de Sestao y sé muy bien de qué estoy hablando. Precisamente por lo complicado del asunto, y después de haber estudiado diversas experiencias de realojo de poblaciones gitanas en España (Gijón, Lleida, Madrid) diseñamos una estrategia propia cuyo pilar principal era la sociedad pública Sestao Berri, compartida al 50% entre el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Sestao. Esa sociedad, en la que trabajan pe rsonas especializadas en procesos de realojo, ha realizado ya decenas de estos traslados en toda Euskadi sin que hasta la fecha se hayan producido situaciones como la de La Arboleda. Y os aseguro que no todas las familias realojadas eran "hermanitas de la caridad". Pero han conseguido hacerlo sin ruido porque vienen trabajando con esas familias desde hace años, las acompañan en el proce...
En las pasadas semanas he cambiado varias veces de opinión sobre los pasos que deberían darse para acabar con la guerra en Ucrania y, sobre todo, he cambiado repetidamente de estado de ánimo al respecto. Ahora, tengo la impresión de que en ambas esferas, la mental y la emocional, mis enfoques eran muy limitados. Empezando por lo emocional, tengo que decir que ante la magnitud de los desastres que provoca la guerra me he visto reaccionando de una manera muy primaria. Confieso haberme alegrado, ¿incluso deleitado?, viendo cómo un ataque ucraniano arrasaba parte de una columna de tanques rusos. Sentía que esos desalmados, si es que a los tanques se les puede atribuir espíritu, se lo tenían bien merecido por haber destruido instalaciones ocupadas por civiles con los proyectiles que salían de sus cañones. Pero, voy a ser sincero, no veía que dentro de ese amasijo de chatarra en que se habían convertido los tanques atacados estaban los restos achicharrados de sus jóvenes ocupantes...
Bien recientemente mi amigo Pablo iniciaba un nuevo blog y elegía Wordpress para su aventura. Yo, que soy menos aventurero y me debo al gran hermano Google, me he decantado por Blogger y tengo que reconocer que lo he hecho por el montón de gadgets que permite incorporar. Ay, soy así de simple. En la lista de los que puedes escoger hay más de 80.000. Para empezar he colgado varios: el de la evolución de la población mundial (junto con las hectáreas de tierra cultivada), una encuesta del máximo interés que os animo a responder, un traductor, una cosa para que sigáis el blog que no sé cómo funciona, la información del número de visitantes y un archivo de entradas. Y como es muy fácil cambiar los gadgets pues espero darle vidilla al blog por esa vía, asumido que tengo que los artículos pueden ser un poco chapas.
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Dilo ahora o calla para siempre