Piratas y piratas

En todo caso, una vez "resuelto el caso" y justo antes de que asistamos al esperpento de los partidos políticos echándose los trastos a la cabeza, no me resisto a proponer algunas medidas que creo deberían tomarse. En primer lugar, creo que el Gobierno debería promover una legislación especial que prohibiera la pesca en zonas peligrosas como el Índico, en las que corren peligro las vidas de personas, y, por lo tanto, no asumir ninguna responsabilidad en nuevos casos de secuestro que se puedan dar. En segundo lugar, creo que esa legislación debería establecer multas millonarias y disuasorias para armadores y patrones que arriesgan las vidas de sus empleados por conseguir unas toneladas más de atún. En tercer lugar, creo que las condiciones laborales en las que trabajan los marineros, todos los marineros, incluidos los africanos, deberían ser supervisadas continuamente con arreglo a la legislación española en esa materia. Y en cuarto lugar, creo que debería prohibirse la traída de pescado de esas zonas al mercado español.
Y es que yo renuncio a comer pescado del Índico si para gozar de ese privilegio cientos de marineros corren peligro de perder la vida. Porque a lo que tampoco estoy dispuesto es a apoyar la militarización de la actividad pesquera. Si estoy en contra de la presencia militar en Afganistán, donde casi con seguridad también intereses económicos privados alimentan al ejército español allí desplazado, también lo estoy de mandar soldados, ex-soldados o lo que sea, a apoyar los intereses económicos de unos pocos armadores. No creo en las escaladas militares, supuestamente defensivas, en las que nos debemos enfrentar a grupos que utilizan armas quizás fabricadas en España. Basta de engaños, basta de "misiones humanitarias" de los ejércitos, basta de hacernos creer que los militares españoles apoyan nuestros intereses. Eso no es cierto y yo no quiero que siga creciendo la bola de nieve. Renuncio a comer atún.
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